Dominion.


Me encanta, me apasiona, sencillo y rejugable, casi hasta el infinito. Dominion es un divertido de cartas, cuenta con la friolera de 500, ni mas ni menos, de 2 a 4 personas pueden participar en la partida y con una duración media de una media hora cuando ya conoces la mecánica de cada una de las cartas.

La dinámica del juego consiste en ir construyéndote tu mazo para ir jugando con él, según avanza la partida.
Comienzas el juego con 10 cartas, 7 cartas de monedas de cobre y 3 cartas de puntos de victoria. En cada turno puedes usar una carta de acción y comprar una carta de las disponibles:
- Una carta de acción (te permiten poder disponer de acciones extras, más compras por turno, más monedas, interactuar con los otros jugadores para intentar dificultarles su juego, descartarte de cartas, etc...).
- Una carta de tesoro (te permiten poder comprar cartas de mayor coste).
- O bien un terreno (que te aportará puntos de victoria al final de la partida).

El objetivo del juego consiste en conseguir el mayor número de puntos de victoria en tu mazo.

Las estrategias podrán variar dependiendo de las cartas que vayan comprando tus oponentes. Con lo que combinado con que la preparación de la partida es distinta (hay distintos mazos de recursos, de los cuales se seleccionan 10 en cada partida) sus posibilidades son miles.

Mi opinión. Ya la expuse al principio de la reseña, un juego de los que hacen época, novedoso en dinámicas, sencillo de aprendizaje, dependiente del idioma pero solo un poco, ya que en dos turnos incluso sin saber inglés conoces el uso de cada carta. Y especialmente recomendado para todos los públicos, en un principio no lo pensaba, pero la experiencia me ha demostrado que incluso personas no habituadas a juegos de este tipo aprenden rápido como jugar.

Ghost Stories, una historia china de fantasma


En esta ocasión comentaré mi experiencia jugando a uno de los nuevo juegos de Asmodee y distribuido en nuestro pais por Crómola, su nombre, Ghost Stories. Su ambientación, una aldea atacada por una horda de fantasmas y unos héroes con poderes sobrenaturales que intentarán detenerles antes de que se hagan con el control de la aldea. El juego está pensado para jugarlo de manera cooperativa, de 1 a 4 jugadores y funciona muy bien tanto con 1 jugador (tipo solitario) como con varios.
Las hordas del mal se controlan de manera automática con lo que nadie deberá tomar ese papel en la partida.

La primera impresión. Nada más abrir la caja me encontré con lo que esperaba, unos tablero modulares que permiten que cada partida sea distinta a la anterior, todos ilustrados al igual que las cartas y los personajes por Piero, dibujante tambien de Mr. Jack, con una calidad increíble.
Pero no solo eso, miniaturas de plástico de diferentes colores para representar a los tahoístas encargados de devolver la paz al pueblo, así como de los fantasmas que nos atacarán, estos representados por una miniatura estándar. Y unos dados con caras de colores para combatir contra los fantasmas y otro negro para determinar la maldición que será lanzada por el fantasma en determinada situación. Todo, con calidad sobresaliente. Tal vez hecho en falta, ya que todo es modular y con tableritos, en cada uno de los minitableros de región de cada tahoísta una zona para colocar las fichas de poder y la de Ying y Yang. Pero vamos, esto es para rizar el rizo.

La segunda impresión. Pues después de leer las no demasiado claras reglas, según comienzas a leer te vas dando cuenta que en cada uno de los apartados te dejan a medias, sin referenciarte a la página donde vas a encontrar la información restante. Esto crea una sensación de ligera intranquilidad, ya que las dudas que te van surguiendo parece que no serán resueltas.

Bueno, después de una lectura en profundidad nos dispusimos a jugar, y os relato lo que ocurrió. Empezamos a jugar y parecía muy sencillo, (que no simple) las dinámicas de juego se cogen en dos turnos, las excepciones no son demasiadas con lo que cualquier jugador se adapta en seguida sin importar su experiencia en este tipo de juegos, es independiente del lenguaje, ayudando a los no anglo-parlantes. La iconografía del juego está bastante conseguida, siendo muy intuitivos los iconos del juego.
Según iba avanzando la partida la sensación de que cientos de fantasmas atacaban la aldea era mayor, así como estaba muy bien reflejada la idea de que los héroes se debiltan con cada ataque.
El juego requiere de una perfecta compenetración de todos los jugadores, de hecho puede ocurrir que los jugadores experimentados no permitan jugar a los menos experimentados debido a que preveen la estrategia y el papel de los menos habituales se reduzca a tirar el dado en un combate.
No es fácil vencer al enemigo final, ni tan siquiera en el modo sencillo de dificultad, teniendo otros dos modos de mayor peligro para nuestros tahoístas.

En resumen, un juego muy ameno y entretenido, bastante rejugable y con la única pega que es la que suelen tener los juegos cooperativos, en la mayoría de los casos acaba jugando uno realmente y el resto de los jugadores lanza los dados.

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